Mi camino de Santiago

Mi camino


En ocasiones como ésta es cuando más me gistaría saber escribir bien, pero a mi manera intentaré expresar lo que he vivido, veremos cómo saldrá.

Han sido tantas las emociones vividas que aún no las he asimilado todas.

El lunes 5 llegué a la estación de Atocha, muy preocupada porque ningún compi se sintiera solo al llegar el punto de encuentro. Para cuando llegó el autocar de Murcia con los compañeros de allí, ya estábamos todos, menos Carmeliya, la granaína, ya que su tren llegó con retraso. Mientras llegaba, nos fuimos a comer a la entrada del Retiro con Leli y Paco, que vinieron a vernos.
Después, recogimos a la rezagada y empezamos a subir hacia Burgos, donde llegamos cansados pero contentos.

Hasta la noche anterior nos decían nuestros amigos de Burgos que fuéramos muy abrigados, y resultó una maravillosa semana de sol y buen tiempo. Nosotros, cargados con grandes maletas de invierno. No sé cómo nuestra gran chofer no tiró la mitas por el camino. Gracias por toda tu ayuda, Paco, has sido muy importante en estas peripeccias que hemos vivido con el equipaje :))

Aunque suene a pelota, sólo tengo gratuitud para todos y cada uno del grupo, desde los de Murcia, Atocha, Astorga y también a los amigos y familiares que durante algín tiempo del camino de unieron a nosotros para hacernos pasar un buen rato. No pondré nombres porque, además de ser un desastre para los nombres, me quedaría alguno en el tintero (/teclado).

Después de una semana compartiendo camino, albergues y, sobre todo, emociones y vivencias de todo tipo, llegamos a Santiago, donde se vieron cumplidas todas mis expectativas al ver un trabajo en equipo tan bien hecho y con grandes resultados, para satisfacción de todo el grupo.

Gracias a los organizadores y a todo el grupo, porque ninguno se olvidará lo vivido durante estos maravillosos días que hemos compartido.