Interesante reflexion de un amigo.

Gracias por tu apoyo incondicional a los EP. y por difundir el Manifiesto de Parkinson para la O.M.S.


No tengo Parkinson: Apoyo el Manifiesto por el Parkinson
Intento responder una pregunta que me formulan repetidamente. No, no padezco de Parkinson ni ninguna persona cercana, ni familiares, ni amigos de siempre. Por ahora, por fortuna. Mañana, dentro de X tiempo, quienes quiero o yo podemos ser enfermos de Parkinson, sin aviso, sin antecedentes congénitos, sin que tenga relación la edad, porque sí, al menos, eso es lo que la ciencia sabe sobre la aparición de la enfermedad: que nadie está exento.

Tengo, entonces, mis motivos egoístas para apoyar las peticiones, justas y casi increíble que tengan que ser formuladas, de los EP. Los motivos que no son tan egoístas seguramente parecerán poco creíbles en este ámbito, basta con decir que, al menos porque le puede suceder a las personas que quiero y a mí, me sumo a apoyar cuanto solicitan con toda legitimidad y derecho.

Con vergüenza admito que, pocos años atrás, también tenía la errada noción (!?) de que una persona enferma de Parkinson era anciana, temblaba sin parar, hasta -disculpas por mi brutal ignorancia- confundía Parkinson con Alzheimer. No soy especialmente "inculto" ni desinteresado, no carezco de posibilidades ni herramientas para haber sabido, pero no sabía qué es el Parkinson y cómo afecta a quienes lo padecen y a su entorno.

Una vez que empecé a saber algo, no hay retorno: o te hacés el distraído y mirás para otro lado, tal vez con matices, como oh, qué desgracia, ojalá se curen, o te interesás en serio, tratás de aprender, de entender, de dar una mano, de poner el cuerpo. Como puedas, como sepas, pero hacer algo.

¿Importa entonces si tengo Parkinson? De nuevo, afortunadamente, no, pero ya no interesa: soy egoísta, mañana me puede tocar a mí y no quisera pasar por la incomprensión y la desidia que son habituales y de las que no fui ajeno.



Nota para los gustadores de interpretaciones psi: No, tampoco siento culpa, tengo en claro los por qué de mi ignorancia, y los de mis acciones.