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31 enero 2014

El tratamiento contra el Parkinson podría tener otra prometedora vía de estudio


Un nuevo estudio de la Universidad de Rochester (URMC, por sus siglas en inglés), en el estado de Nueva York, Estados Unidos, muestra que manipular correctamente los astrocitos, una población de células de apoyo que se encuentra en el cerebro, podría ser un nuevo y prometedor enfoque para tratar la enfermedad de Parkinson.

Estos resultados, que se alcanzaron usando un modelo animal de la enfermedad, demuestran que una sola terapia podría reparar simultáneamente los múltiples tipos de daño neurológico causados por el Parkinson, proporcionando un beneficio global que no se ha logrado con otros enfoques.

"Uno de los desafíos centrales en la enfermedad de Parkinson es que muchos tipos diferentes de células están dañadas, cada una de las cuales tiene potencial importancia -afirma Chris Proschel, profesor asistente de Genética Biomédica en el Centro Médico de la URMC y autor principal del estudio, que se publica en EMBO Molecular Medicine-. Si bien sabemos que la pérdida colectiva de estas células contribuye a los síntomas de la enfermedad, la mayor parte de la investigación actual se centra en la recuperación de un solo tipo de células".

La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurológico progresivo que afecta a un estimado de un millón de estadounidenses. Aunque la condición está asociada con la pérdida de neuronas dopaminérgicas, células que producen el importante neurotransmisor dopamina, el impacto de la enfermedad es en realidad mucho más complejo y de gran alcance, interrumpiendo funciones básicas de señalización y activación de la destrucción de otros varios tipos de células que se encuentran en el cerebro.

En consecuencia, mientras que la preservación y restauración de las neuronas productoras de dopamina es fundamental para ralentizar o invertir el curso de la enfermedad, cada vez está más claro que cualquier éxito de la terapia a largo plazo debe proteger tanto las áreas del cerebro atacadas como fomentar la reparación no sólo de las neuronas dopaminérgicas sino también del daño que se produce en otras poblaciones de células.

"Revertir el impacto de la enfermedad en el cerebro es similar a la fijación de los retos de una casa que se encuentra en proceso de desmoronarse", pone como ejemplo Proschel. "Si sólo se centran en hacer frente a uno de los aspectos del problema, como el cableado, pero se ignora el hecho de que el techo tiene goteras y la estructura se está desmoronando, entonces es que no se han llevado a cabo las reparaciones necesarias y es sólo una cuestión de tiempo antes de que las luces se apaguen de nuevo", explica.

Mediante el uso de células de cerebro humano, Proschel y sus colegas aislaron una población de células que se encuentra en el sistema nervioso central llamados precursores gliales e indujeron las células precursoras a producir una clase específica de astrocitos. Mientras que los astrocitos tienden a acumular mucha menos atención que las neuronas, sin embargo, son esenciales para mantener un ambiente saludable en el cerebro. Por otro lado, los científicos están aprendiendo que la disfunción del astrocito puede contribuir a múltiples trastornos neurológicos.

En ambos casos, la capacidad para darse cuenta de las implicaciones terapéuticas de estos descubrimientos ha sido difícil de demostrar. La capacidad de los laboratorios, como el de Proschel, de aislar e identificar las propiedades únicas de los diferentes tipos de astrocitos, esencialmente la búsqueda de la célula correcta para el trabajo correcto, ofrece la posibilidad de aprovechar estas células para nuevas terapias.

Los astrocitos utilizados en el estudio difieren de otros tipos de astrocitos presentes en el cerebro maduro. Cuando se implantaron en el cerebro de ratas con enfermedad de Parkinson, las nuevas células actuaban como los astrocitos que se encuentran en el cerebro en desarrollo, que son más eficaces en la construcción de las conexiones entre los nervios y la construcción de un entorno adecuado para el crecimiento y la reparación.

Actúan como un equipo de reparación

En consecuencia, los astrocitos implantados actuaron como un equipo de reparación, restaurando la salud y la estabilidad de la estructura y permitiendo que las células nerviosas del cerebro se recuperen y reanúden su actividad normal. Los investigadores tuvieron cuidado de implantar las células sólo después de que las ratas habían desarrollado síntomas de la enfermedad de Parkinson, una espera que fue importante porque se parece a cómo se utiliza una terapia similar en los seres humanos, donde el daño neurológico causado por la enfermedad precede a sus síntomas visibles.

Tras el trasplante, los científicos observaron que no sólo se recuperaron las neuronas dopaminérgicas en los animales sino que otras células nerviosas llamadas interneuronas también fueron rescatadas, algo que ningún tratamiento anterior ha logrado. Las interneuronas juegan un papel importante en el procesamiento de información y control de movimiento y también se pierden en la enfermedad de Parkinson.

Por otra parte, la terapia restauró los niveles normales de sinaptofisina, una proteína que es esencial para la comunicación entre las células nerviosas. Las ratas trasplantadas recuperaron habilidades motoras a niveles normales, revirtiendo esencialmente los síntomas de la enfermedad.

"La importancia central de este trabajo es la revelación de una potencialmente nueva terapia celular para la cual se cuenta con las células humanas adecuadas, que se puede uti,lizar para restaurar varias poblaciones neuronales y rescatar la maquinaria molecular crítica en la comunicación entre las células nerviosas, incluso cuando las células son trasplantadas después de que ya se ha establecido el daño -resume Mark Noble, miembro del Instituto de Medicina Regenerativa y coautor del estudio-. A partir de lo que ya se sabe sobre estas células, parece probable que ofrecen un enfoque prometedor para una variedad de afecciones neurológicas".

Fuentes: Universo Canario, "Delayed transplantation of precursor cell-derived astrocytes provides multiple benefits in a rat model of Parkinsons", 29 Jan 2014, EMBO Molecular Medicine

29 enero 2014

Comprender nuestros temores a la cirugía cerebral


Muchos pacientes de Parkinson -y muchas personas que no sufren Parkinson- tienen mucho temor a la cirugía de estimulación cerebral profunda. Cierto es que hay personas que le temen a cualquier procedimiento quirúrgico, y no nos referimos al temor natural que tenemos ante un riesgo, sino a un temor tal que se niegan a someterse a procedimientos médicos que les ayudarían.
Pero no vayamos tan lejos; ¿quién no siente un temor más intenso cuando se trata de una cirugía de cerebro? Admitamos que somos muchos, y muchos de nosotros entre todos. Incluso sentimos una fuerte impresión al leer o esccuchar sobre cirugías del cerebro. De dónde surge este temor particularmente intenso, podría explicarse por la delicadeza que sabemos que tiene el cerebro, aunque creemos que no es la única causa.
En cine, en TV, por imágenes, hemos sabido de procedimientos de cirugía cerebral que nos resultan tenebrosos, verdaderas carnicerías sin razón y casi siempre sin éxito. Que lobotomías, que trepanaciones, toda esa batería de "técnicas" quirúrgicas que nos han colmado de miedo y estupor. Cómo la medicina ha sido capaz de tamaños desquicios, nos preguntamos, y, auqnue sepamos que la medicina de hoy poco tiene que ver con la de hace un siglo o 50 años, los procedimiento utilizados tiempo atrás nos han dejado un hondo miedo a todo lo relacionado con la cirugía cerebral.
Más o menos, todos hemos visto películas o series donde se muestran aquellos procedimientos, que han influído negativamente en nosotros. Los neurocirujanos de nuestros días nos explican que las cosas han cambiado mucho, pero difícilmente eso baste para quitarnos el temor. Es una labor de largo aliento.
En esta andadura, nos ha parecido muy interesante un documental realizado por el médico inglés Michael Mosley. Sin dudas, Mosley sabe de nuestros temores y de las imágenes espantosas que tenemos, pero, en lugar de obviarles, pasa revista a esas tenebrosas "técnicas" en su contexto, y avanza sobre el pasado para mostrarnos cómo son las cosas en la actualidad. Por supuesto, parte del documental se enfoca en la estimulación cerebral profunda en el Parkinson.
Por nuestra parte, no alentamos ni desalentamos la cirugía en los pacientes de Parkinson, cada caso es diferente; será más que suficiente para nosotros que podamos empezar a revisar el porqué de nuestros temores, primer paso para tomar decisiones con cierta libertad.
Si eres muy impresionable, te adelantamos que hay imágenes que pueden afectarte, y si no eres muy impresionable y miras el documental, esperamos que ayude a comprender las trastadas que cometió la medicina y cómo han cambiado las cosas.


27 enero 2014

Vinculan los niveles de vitamina D con síntomas del Parkinson


Unos niveles más altos de vitamina D se asocian con un mejor pensamiento y estado de ánimo en las personas que sufren de enfermedad de Parkinson, sugiere un estudio reciente.

El hallazgo podría conducir a nuevas formas de retrasar o prevenir el inicio de los problemas de pensamiento y de la depresión en las personas con la enfermedad neurodegenerativa progresiva, señalaron los investigadores.
El análisis de casi 300 pacientes de Parkinson reveló que unos niveles más elevados de vitamina D (la "vitamina solar") en la sangre se asociaban con unos síntomas físicos menos severos, unas mejores capacidades de pensamiento y un menor riesgo de depresión.
Ese vínculo fue particularmente potente en los pacientes sin demencia, según el estudio, que aparece en la edición actual de la revista Journal of Parkinson's Disease.
"Alrededor del 30 por ciento de las personas con [enfermedad de Parkinson] sufren de deterioro cognitivo y demencia, y la demencia se asocia con la ubicación en un hogar de ancianos y una menor esperanza de vida", comentó en un comunicado de prensa de la revista la autora del estudio, la Dra. Amie Peterson, de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón.
"Sabemos que el deterioro cognitivo leve podría predecir el desarrollo futuro de demencia", añadió. Prevenir el desarrollo de la demencia en estos pacientes podría mejorar las tasas de enfermedad y muerte relacionadas con la enfermedad de Parkinson, sugirió Peterson.
Pero el estudio no muestra si unos niveles bajos de vitamina D dificultan el pensamiento o si lo que sucede es lo contrario, que las personas con una enfermedad de Parkinson más avanzada se exponen menos al sol debido a las limitaciones en su movilidad, y por tanto tienen unos niveles más bajos de vitamina D. El estudio tampoco preguntó a los pacientes si tomaban complementos de vitamina D. Aunque el estudio mostró una asociación entre los niveles de vitamina D y los problemas del pensamiento, no probó causalidad.
La vitamina D es absorbida por el cuerpo a partir de la luz del sol. También se halla en alimentos como el pescado graso y en los complementos.
Unos niveles bajos de vitamina D aumentan el riesgo de diabetes tipo 2, esclerosis múltiple, hipertensión, cáncer e infecciones, anotaron los autores del estudio en el comunicado de prensa.
La enfermedad de Parkinson afecta a alrededor de cinco millones de personas en todo el mundo. Se anticipa que su prevalencia se duplique para 2030.

Fuentes: Medline Plus, Journal of Parkinson's Disease

17 enero 2014

Más información sobre la Residencia Son Güells


La Consejería de Familia y Servicios Sociales del Govern de Illes Balears, a través de la Fundació d'Atenció i Suport a la Dependència i de Promoció de l'Autonomia Personal de les Illes Balears, pone en conocimiento las residencias y centros de día para dependientes.
Ya que la información sobre la Residencia y Centro de día Son Güells, de Palma, es reiteradamente solicitada, compartimos la información más reciente sobre los servicios, requerimientos y precios de la residencia Son Güells, de acuerdo con la información provista por la web del Govern de les Illes Balears.
Recordamos la ubicación de la Fundació d'Atenció i Suport a la Dependència i de Promoció de l'Autonomia Personal de les Illes Balears: Pl. de la Drassana, 4 - 07012 Palma, teléfono: 971177400, fax: 971176240.



También puedes descargar el documento clickeando AQUÍ.

Fuentes: Fundació d'Atenció i Suport a la Dependència i de Promoció de l'Autonomia Personal de les Illes Balears
, Blog de la Residencia Son Güells

14 enero 2014

Estudio de terapia génica contra el Parkinson


Un estudio dice que las nuevas células productoras de dopamina ayudan a controlar la función motora


Un nuevo tratamiento, preliminar, en el que se aplica una terapia con tres genes, parece ser segura y efectiva a la hora de ayudar a controlar la función motora en los pacientes de Parkinson, según una nueva investigación.

La terapia, llamada ProSavin, funciona al reprogramar las células cerebrales que producen dopamina, la sustancia química esencial para el control del movimiento, indicaron los investigadores. La falta de dopamina provoca los temblores, la rigidez en los miembros y la pérdida de equilibrio que sufren los pacientes con la enfermedad neurodegenerativa.

"Hemos demostrado que podemos administrar los genes de forma segura dentro del cerebro de los pacientes y crear dopamina, el agente que falta en los pacientes de Parkinson", comentó el investigador Kyriacos Mitrophanous, jefe de investigación de Oxford BioMedica en Inglaterra, la compañía que desarrolló la terapia y que financió el estudio.

ProSavin también ayuda a suavizar los altibajos que a menudo produce el medicamento levodopa, el tratamiento estándar actual, indicó Mitrophanous.

El tratamiento usa un virus inofensivo para que lleve los tres genes productores de dopamina directamente a la zona del cerebro que controla el movimiento, explicó. Estos genes son capaces de convertir las células nerviosas no productoras de dopamina en células productoras de dopamina.

Aunque los resultados del estudio son prometedores, los investigadores sugieren que deberían "interpretarse con precaución", porque los beneficios observados están dentro del rango del "efecto placebo" observado en otros ensayos clínicos.

Con la esperanza de mejorar sus resultados, los investigadores han rediseñado la terapia desde entonces. "Tenemos una nueva versión que crea más dopamina en los pacientes, y esta nueva versión está siendo sometida a estudios de seguridad antes de que empecemos los ensayos con los pacientes", explicó.

Los expertos reaccionaron de manera positiva, aunque con precaución, a los hallazgos, que fueron publicados en línea el 10 de enero en la revista The Lancet. Aunque el tratamiento parece seguro, su potencial como reemplazo para la terapia actual todavía ha de demostrarse, indicaron.

"El estudio de ProSavin fue un paso positivo e importante para una posible terapia génica para el Parkinson", comentó el Dr. Michael Okun, director médico nacional de la National Parkinson Foundation. "Los resultados de este estudio preliminar revelaron un perfil de seguridad prometedor, y será interesante observar los beneficios a largo plazo y la comparación de ProSavin con otras terapias, como la estimulación cerebral profunda".

Mitrophanous cree que este nuevo tratamiento finalmente tendrá un mejor rendimiento que la estimulación cerebral profunda o la levodopa.

Con el tiempo, los pacientes necesitan dosis más elevadas de levodopa. El beneficio empieza a decaer entre los 5 y los 10 años después de empezar a tomar el medicamento, indicó.

Los pacientes pueden probar la estimulación cerebral profunda, en la que se ponen unos cables en el cerebro que están conectados a una batería, comentó Mitrophanous.

"Con nuestra aproximación, las células cerebrales son modificadas permanentemente para que creen su propia dopamina, de modo que no hay que confiar en un estimulación externa", comentó.

Los investigadores no afirman que esta nueva terapia sea una cura, porque las células cerebrales siguen muriendo. "Pero la esperanza es que diéramos a los pacientes cinco años adicionales antes de que la enfermedad progrese más", indicó Mitrophanous.

"Si imagina que gracias a la levodopa puede controlar bien los síntomas entre 5 y 10 años, tenemos la esperanza de alargar ese tiempo. Cinco años más, o quizá más, supondrían un beneficio real para esos pacientes", indicó Mitrophanous.

El Dr. Andrew Feigin, neurólogo en el Centro de Trastornos del Movimiento del Instituto de Neurociencias Cushing en Manhasset, Nueva York, comentó que el estudio aporta más evidencias de que la "terapia génica para el Parkinson puede realizarse de un modo seguro y con una buena tolerancia".

Pero los hallazgos no pueden considerarse concluyentes porque el ensayo no incluyó un placebo o un procedimiento falso, dijo.

Para el estudio, Mitrophanous y sus colaboradores probaron 3 dosis de ProSavin en 15 pacientes de Parkinson que ya no respondían bien a los otros tratamientos. Evaluaron la respuesta de los pacientes según una escala que mide el habla, los temblores, la rigidez, los movimientos de los dedos, la postura, la manera de andar y la lentitud del movimiento.

Todos los pacientes mostraron mejoras significativas en las puntuaciones motoras en las 12 horas siguientes al momento en que dejaron de tomar otros medicamentos, a los seis meses y al año de haberse sometido a una cirugía, descubrieron los investigadores.

"Parece que la dosis más alta de ProSavin proporcionó el nivel más alto de producción de dopamina", comentó Mitrophanous. Esto llevó a la mejora más importante en las puntuaciones motoras y a una menor necesidad de levodopa de forma consistente, indicó.

Los pacientes a los que se inyectó ProSavin presentaron efectos secundarios moderados. Los más habituales durante el periodo en que tomaban el medicamento fueron los movimientos involuntarios (disquinesia) y la fluctuación entre la movilidad y la inmovilidad, lo que se conoce como fenómenos on-off, que se producen cuando la levodopa desaparece.

Fuentes: Medline Plus, The Lancet

07 enero 2014

Problemas urinarios y gastrointestinales en el Parkinson


Las características clínicas de la enfermedad de Parkinson recuerdan al bambú. A primera vista, el Parkinson parece ser una condición muy reducida, que se caracteriza por problemas con el movimiento, como el temblor, la rigidez muscular y la lentitud en el movimiento. Tras una inspección más detenida, resulta que, al igual que la planta de bambú, desarrolla raíces que aparecen y crecen en lugares inesperados y no deseados, y nos encontramos con que la enfermedad de Parkinson no se limita a un trastorno del movimiento ya que también tiene raíces en la forma de numerosas características clínicas que tienen poco o nada que ver con el movimiento.

Entre estos síntomas no motores del Parkinson están las alteraciones en el sistema nervioso autónomo, es decir, la parte del sistema nervioso que controla funciones corporales "automáticas", tales como la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la sudoración, la función sexual, la función gastrointestinal y la urinaria. Este artículo se centrará en estos dos últimos problemas, que son a menudo de los problemas más graves y complejos que enfrentan las personas con enfermedad de Parkinson.
En este espacio hemos tratado estos temas en variados artículos (buscad por palabra clave en el cuadro de búsqueda, a la derecha, si queréis ampliar algún tema), pero las diversas perspectivas informan mejor, y en esta ocasión queremos enfocarnos en los problemas urinarios y gastrointestinales, para lo que es conveniente comprender el conjunto de dificultades relacionadas.

La boca: Los problemas dentales y la salivación

En el cuerpo humano el sistema gastrointestinal se extiende desde "proa a popa," comenzando con la boca y terminando en el ano. Las personas con Parkinson pueden experimentar problemas con la función gastrointestinal en ambos extremos y prácticamente en todas partes en el medio.

Vamos a empezar en la parte superior. Hay una percepción general de que las personas con Parkinson son propensas a problemas dentales debido a dificultades para cepillarse los dientes, junto con el exceso de saliva y quizás una afición por los dulces. Sin embargo, los estudios en general no han confirmado esto. De hecho, en varios estudios realizados en Japón, las personas con EP tenían menos dientes cariados o que las personas de edad comparable que no tienen la enfermedad de Parkinson, aunque son datos restringidos. Por otro lado, las personas con Parkinson pueden enfrentar otras anomalías orales, de carácter difícil, como una sensación de ardor en la boca. El bruxismo o rechinar de los dientes también pueden ocurrir y esto puede conducir a un daño dental y la disfunción de la mandíbula.

El exceso de saliva en la boca, lo que a menudo causa babeo, ha sido reconocido como una característica del Parkinson desde que James Parkinson describió el síndrome en 1817. Los estudios han demostrado que entre 70 a 78% de las personas con Parkinson experimenta este problema. Si bien no es peligrosos o potencialmente mortal, a veces puede ser tan socialmente vergonzoso, a punto que las personas se ponen reacias a salir y tener contacto social.

Esta condición no es debida a un exceso de producción. Por el contrario, la mayoría de las personas con Parkinson en realidad produce menos saliva de lo normal. El problema es que la enfermedad de Parkinson reduce la frecuencia de la deglución automática, es decir, la velocidad de tragar la saliva, y esto a su vez permite que la saliva se acumule dentro de la boca y luego escape cuando se abre la boca. El babeo puede ser controlado temporalmente por la goma de mascar o al chupar caramelos duros, lo que desencadena la acción de tragar. Esto puede ayudar en situaciones sociales y durante charlas prolongadas, pero no es una solución constante para el control de la saliva. Hay algunos apoyos técnicos, que aún no se utilizan extendidamente, que son de ayuda en parte de los pacientes que los utilizan, aún a modo, digamos, experimental.

Otro recurso puede ser tomar medicamentos para reducir la formación de saliva, pero pueden hacer la saliva más densa y dura. Estos medicamentos (uno es el trihexifenidilo) también pueden agravar los problemas intestinales y de la vejiga e incluso pueden afectar la memoria. En cambio, el uso de gotas de atropina para los ojos aplicadas en la boca (una gota en o debajo de la lengua, una o dos veces al día) puede evitar estos efectos adversos y ser eficaz. Y en casos severos, se ha encontrado de utilidad las inyecciones de toxina botulínica o botox, con usos terapéuticos cada vez más extensos, en las glándulas salivales, para reducir la formación de saliva y babeo.

Disfagia

La dificultad para tragar, o disfagia, es un problema muy común en el Parkinson. Al menos el 50 por ciento (algunos estudios sugieren incluso más del 80%) de las personas con EP experimenta dificultades para tragar, y un porcentaje aún mayor muestra anormalidades en las pruebas de rayos X de la deglución.

La dificultad para tragar se debe generalmente a la falta de coordinación entre los muchos músculos de la boca y de la garganta que deben trabajar juntos en perfecta precisión para producir la deglución normal. Cuando la comida se atasca en la boca, la persona puede tener que probar varias veces para completar tragar un bocado. Los músculos de la parte posterior de la garganta -y del esófago- también pueden perder la coordinación, y las personas que tienen dificultad para tragar tienen un mayor riesgo de que el alimento o el líquido entre en la tráquea. A partir de ahí, puede entrar en los pulmones (llamado "aspiración"), lo que puede resultar en neumonía, atragantamiento o ahogo, si el cuadro se complicase.

Aunque el tratamiento de la disfagia puede ser difícil, los logopedas pueden instruir a los pacientes en técnicas de deglución y en el diseño de los cambios en la consistencia de los alimentos que reducen el riesgo de aspiración. Algunas mejoras en la coordinación de los músculos utilizados para tragar se pueden lograr a través de ajustes en los medicamentos para la EP. Sólo en muy raras ocasiones es necesario colocar una sonda de alimentación.

Problemas en el estómago

La alteración de la capacidad de vaciar el contenido del estómago, llamada gastroparesia, es otra posible complicación gastrointestinal del Parkinson. Esto puede producir una sensación de hinchazón y hacer que las personas se sienten llenas a pesar de haber comido muy poco. A veces pueden producirse náuseas.

La incapacidad del estómago para vaciar en el momento oportuno puede también perjudicar o retrasar la efectividad de medicamentos para la enfermedad de Parkinson, especialmente la levodopa, ya que la levodopa se absorbe en el intestino delgado y no puede llegar a su destino si se queda atrapado en el estómago.
El tratamiento de la gastroparesia en el Parkinson no se ha estudiado ampliamente. La domperidona es un medicamento eficaz, pero no está disponible en todos los países, y siempre debe ser suministrada si el profesional especialista lo indica.

Hay tratamientos que omiten que el fármaco pase por el estómago, tales como la administración de fármacos por vía transdérmica, mediante parche en la piel, con buenos resultados en una parte de los pacientes. Otro tratamiento es la bomba de infusión intraduodenal, la que tampoco está disponible en todas partes y sus resultados, de acuerdo con la inversión de esfuerzos y cuidados y los beneficios, no siempre son auspiciosos ni de utilidad para todos los pacientes.

Disfunción del intestino

El problema gastrointestinal más ampliamente reconocido en la enfermedad de Parkinson es el deterioro de la función intestinal. Puede ser de dos tipos. La disfunción más conocida disminuye la frecuencia de las deposiciones, conocida como estreñimiento. La definición actual del estreñimiento es menos de tres evacuaciones por semana. Las estimaciones del número de personas con enfermedad de Parkinson que experimentan este rango de dificultad va del 20 al 77%. La disminución de la frecuencia del movimiento intestinal se debe al lento desplazamiento del material a través del colon, y hasta el 80 por ciento de las personas con Parkinson puede experimentar este lento ritmo de tránsito intestinal.

El tratamiento del estreñimiento por tránsito lento en la EP implica medidas destinadas a aumentar la motilidad del colon. El primer paso es aumentar tanto la ingesta de líquidos como de fibras alimentarias. Las recomendaciones actuales sugieren que la ingesta diaria de fibra debe estar en el rango de 20 a 35 gramos. El consumo de fibra se puede aumentar a través de medidas dietéticas o suplementos de fibra. Algunos pacientes que consumen regularmente semillas trituradas de linaza (o lino), que contiene mucha fibra, nos comentan que mejoró el estreñimiento. Las semillas trituradas de linaza se pueden comprar en herboristerías o negocios de productos naturales. Existen otros productos naturales con alto contenido de fibra, y otros que producen un efecto laxante suave, pero no deben tomarse si consulta médica previa, y nunca se deben consumir laxantes o purgantes sin indicación médica y muy ocasionalmente, pues podrían producirse problemas serios.

Si la ingesta aumentada de fibra y líquido no es suficientemente efectivo, el siguiente paso puede ser añadir un ablandador fecal. Si el problema persiste, el médico puede sugerir el inicio de un agente que extrae fluido en el colon, como la lactulosa. Si eso no ayuda con el problema, se puede emplear un agente de limpieza de colon, con indicación médica. Y si todo lo demás falla, puede ser necesario recurrir a enemas, pero sólo bajo la supervisión de un médico. Se necesita encontrar nuevos tratamientos para aumentar la velocidad de tránsito intestinal en los paciente con Parkinson, y los investigadores están llevando a cabo estudios de algunos agentes potenciales.

El otro tipo de alteración de la función intestinal en la enfermedad de Parkinson, menos conocido, es la dificultad con el acto de la defecación en sí. Normalmente, este problema se manifiesta en un esfuerzo excesivo, y a veces, vaciado incompleto. En estudios de investigación, se demuestra que este problema es en realidad más común en tanto disminuye la frecuencia del movimiento intestinal. La dificultad con el acto de la defecación se debe a un fallo de los músculos del esfínter rectal para relajarse de forma coordinada cuando se está intentando realizar la evacuación intestinal , quizás debido a un espasmo o distonía, que afecta a estos músculos.

Los medicamentos descritos anteriormente para acelerar el tránsito intestinal no son de valor para hacer frente a este problema, es posible que incluso podrían empeorar las cosas al precipitarse más materia fecal a una "puerta" rectal que no se quiere abrir. No existe un tratamiento consensuado para este problema, pero mantener las heces blandas parece lógico. Ha habido algunas sugerencias de que inyecciones de apomorfina justo antes de intentar una evacuación intestinal pueden ser útiles, pero no se han realizado estudios formales de este enfoque. Las inyecciones de toxina botulínica (botox) en los músculos del esfínter también se han empleado con éxito en un número de pacientes.

Vejiga y dificultades urinarias

La vejiga o el sistema urinario dificultades también son comunes en la enfermedad de Parkinson. Estudios de investigación más antiguos indican la presencia de la función urinaria alterada en poco más del 70% de los pacientes con EP, aunque estudios recientes sugieren una modesta frecuencia de 27 a 39%. A pesar de la frecuencia de la disfunción urinaria, la incontinencia urinaria real es relativamente poco común. La incontinencia problemática se desarrolla en sólo un 15 por ciento de los pacientes.

A diferencia de la disfunción intestinal, que puede preceder, a veces por años, el desarrollo de las disfunciones motoras en las personas con enfermedad de Parkinson, la disfunción urinaria usualmente no se hace evidente hasta las etapas tardías de la enfermedad. La función primaria de la vejiga es doble: para almacenar la orina mientras se forma y después, la de vaciar la orina cuando es conveniente y socialmente aceptable hacerlo. Con el Parkinson, los problemas pueden surgir en ambas áreas.

Los síntomas urinarios más comunes que experimentan las personas con Parkinson son, en primer lugar, la necesidad de orinar con extrema frecuencia, y, en segundo lugar, la dificultad para retrasar la micción cuando se percibe la necesidad, creando la sensación de la urgencia urinaria. Estos síntomas suelen indicar una vejiga irritable o hiperactiva que está diciendo al cerebro que está llena y hay que vaciar cuando, de hecho, en realidad no lo está. Además de la frecuencia y la urgencia urinaria durante el día, las personas con estos problemas pueden tener que levantarse varias veces durante la noche para orinar.

Los medicamentos que funcionan para bloquear o reducir la hiperactividad de la vejiga pueden ser útiles en el tratamiento de esta forma de disfunción de la vejiga. Hay una variedad de medicamentos disponibles para este fin, incluidos los medicamentos más antiguos, como la oxibutinina y la tolterodina, y medicamentos más nuevos, como la solifenacina y darifenacina, por supuesto, indicados por el profesional médico, ya que los fármacos anticolinérgicos deben ser consumidos con cuidado por los pacientes con Parkinson. También se está utilizando la toxina botulínica o botox como tratamiento para la vejiga hiperactiva, con buenos resultados.

El deterioro de vaciado de la vejiga es una condición menos frecuente pero problemática de la disfunción urinaria en el Parkinson. Esta dificultad se produce por un retraso o dificultad en la relajación de los músculos del esfínter uretral, que es necesaria para permitir que la vejiga se vacíe. Esto puede resultar en la vacilación en iniciar la micción, dificultad en la generación de una corriente y/o vaciado incompleto de la vejiga. La distonía del esfínter uretral también se ha descrito.

Los medicamentos antes mencionados no son útiles para este tipo de disfunción de la vejiga y en realidad puede agravar la dificultad. Los medicamentos como el betanecol pueden ser útiles, pero la auto-cateterización intermitente a veces es necesaria. Antes de iniciar un tratamiento con medicamentos, el médico debe asegurarse de que algún proceso no relacionado, como un agrandamiento de la próstata u otro, no es responsable del problema.

Si tienes alguna de estas disfunciones urinarias, no debes tomar menos líquido con la ilusión de alivarles. Estos problemas no tienen relación con tomar mucho líquido, por el contrario, beber agua e infusiones suaves ayuda mucho tu salud, y bebiendo menos podrías sufrir de deshidratación y otros problemas de seriedad. No dejes de tomar líquidos, en abundante cantidad, en cualquier clima.

La línea de fondo

Ambos problemas, gastrointestinales y urinarios, son características frecuentes de la enfermedad de Parkinson. La conciencia de su existencia y el reconocimiento de su presencia son los primeros pasos necesarios para un manejo adecuado. Las personas con Parkinson no deben dudar en llevar estos problemas a la atención de sus médicos, en especial dado que el tratamiento eficaz a menudo está disponible.

A muchas personas estos problemas les provocan un pudor grande, a tal punto que se aíslan de la vida social y familiar. Por supuesto que son dificultades molestas, pero tienen el peso cultural de lo escatológico, de lo que no se debe hablar ni reconocer que sucede. Vaya, como si los seres humanos no precisáramos evacuar lo que sobra... ¡Los industriales de sanitarios, cañerías, cloacas agradecen que nuestros cuerpos funcionen! El pudor puede servirnos para cuidar nuestra intimidad, para mantener civilizadas las relaciones sociales; si en lugar de cuidar nuestra intimidad, la empeora, y lejos de cuidar las relaciones sociales nos encierra, entonces el pudor deja de servirnos para ocasionarnos más problemas que los ya tenemos.

Fuentes: PDF y socixs de EPIT Illes Balears
 
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