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08 marzo 2017

Día de la mujer: mujeres con discapacidad


Hoy las mujeres nos manifestamos por nuestros derechos, aquí y allá. Lo hacemos a diario, pero hoy es "el" día. Reclamamos por nuestros derechos laborales, por nuestra soberanía sobre nuestros cuerpos, nuestros derechos a tener hijos o no tenerlos, a que se reconozcan nuestros trabajos en el cuidado de la familia, nuestro derecho a vivir sin violencias machistas, y tantos más que desde siglos atrás con fortuna sólo se reconocen en la letra de leyes, sin realidad en la vida cotidiana.

Alguien dijo que "donde hay una necesidad nace un derecho". Sucede que los derechos no surgen como tales ni espontánea ni repentinamente, menos, legalmente: cuando se percibe una necesidad recién puede expresarse y luchar por su satisfacción. Parece evidente hoy, pero no todas las mujeres percibían que eran ciudadanas y necesitaban elegir a sus representantes, ni todas las mujeres percibían la limitación de no acceder a la educación formal. La comprensión de las necesidades no es uniforme, tampoco, su expresión como derechos y, tanto menos, su concreción.

La lucha por los derechos de las mujeres, ampliados y renovados, se imbrica, para nosotrxs, con la lucha por los derechos de las personas con discapacidad, especialmente, de las mujeres con discapacidad. Hemos abordado el asunto en distintas ocasiones desde este espacio, siempre, desde la complejidad con la que se nos presenta. Para no perder el hábito, nos preguntamos: ¿hay necesidades propias de las mujeres con discapacidad? ¿Las percibimos, las manifestamos, reclamamos por ello que falta, que percibimos inadecuado, injusto, violento, como derecho que nos corresponde?
Es que, ciertamente, parte de nuestros reclamos son los mismos que los de los varones con discapacidad, y también solicitamos los derechos de las mujeres que hoy se expresan en todas partes, aunque algo falta para nosotras.
Las mujeres luchamos por el reconocimiento remunerativo de nuestras labores productivas, dentro y fuera de casa, por la igualdad de acceso a la educación, los puestos laborales, la representación política, por nuestros derechos reproductivos, por la efectiva aceptación de nuestras diferencias... No difiere sustancialmente de las luchas de las personas con discapacidad. La semejanza sería una gran ventaja si no velara algunos aspectos diferentes.

La "mujer" por la que luchamos es, como tanto, una construcción cultural. Es productiva o tiene la capacidad de serlo -en el sentido de que algo ajeno y/o cohercitivo le impide ejercer esa capacidad-, es reproductiva o tiene la capacidad de serlo, es cuidadora de su familia o su entorno o tiene la capacidad de serlo, es física e intelectualmente dotada para acceder a la educación en todos sus niveles, a altos puestos de trabajo y de representación política. Ahora, ¿y las mujeres que no pueden trabajar porque sus cuerpos o sus posibilidades cognitivas lo impiden o lo impiden parcialmente, las mujeres mayores, las que no pueden cuidar a otros y precisan de cuidado? Muchas de las mujeres con discapacidad son estas mujeres, aunque poco o nada decimos sobre las necesidades y opresiones de estas mujeres.

Los colectivos de personas con discapacidad y de mujeres con discapacidad ponen énfasis en los derechos que todas las mujeres reclamamos y en los derechos reproductivos y educativos de las mujeres con discapacidad, lo cual no agota los problemas. Según nuestra experiencia, los contextos sociales aceptan que las mujeres no sean económica-financieramente productivas o que tengan niveles de educación formal bajos; más difícil es la situación para las mujeres impedidas de tener hijos y, tanto más, para aquellas que precisan cuidado. A tal punto es difícil, que la mujer que no puede proveer cuidado y lo necesita suele autoculparse por su situación y recibir con naturalidad el destrato y a menudo la violencia de sus cuidadores. Se sabe: la mujer es cuidadora de la familia y de la comunidad, hemos aprendido esto antes que hablar. En estos rasgos, las mujeres con discapacidad vivimos realidades bien diferentes a las de los hombres con discapacidad. Quizá la suma de las opresiones sin manifestar las padecen las mujeres discapacitadas, ancianas, sin hijos, que no tienen dinero ni posibilidad de obtenerlo y precisan de cuidado, pero podemos pensar en más: también migrantes o de raza minoritaria (minoría político-económica, que no necesariamente numérica).

En busca de voces que hablen sobre estos difíciles temas, hemos encontrado la de la Dra. Melania Moscoso Pérez, mujer de pensamiento agudo y enriquecedor. Compartimos un video de una de sus charlas, "Menos que mujeres", que es compleja como los temas que aborda. Os sugerimos dedicarle vuestra atención, aún hay mucho en lo que siquiera hemos pensado.

Lejos de clausurar este arduo tema de los derechos de las mujeres, nuestra invitación es renovar la lucha por los derechos de las mujeres que hoy se expresan con fuerza, básicos para abrirnos a pensar en las opresiones de las mujeres con discapacidad, manifestarlas y asumirlas como derechos de las mujeres. Por los derechos que decimos y por los que nos quedan por decir, nuestro abrazo a todas las mujeres.


6 Comentarios:

  1. Anónimo20:35

    Bueno, que me lo han puesto difícil hoy, tanto tú como Melania. Pero vale la pena. Tanto tú nota como la exposición de Melania convocan a un difícil viaje por territorios complejos, sensibles e inteligentes, que hace muy bien, que mejora a las personas.

    Además qué bien que está eso de "donde hay una necesidad nace un derecho"; nunca lo había oído.

    Magdalena Urrutia.

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  2. Paula Varas7:45

    Para mí esto es dividir a las mujeres, que tenemos todas los mismos problemas. Cuando pones aparte a las mujeres con discapacidad les separas de los reclamos de las mujeres y pones el ojo en la discapacidad más que en su género. Todas luchamos por lo mismo, no es así?
    Paula

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  3. Sandra4:48

    Hola! Una amiga tiene discapacidad y requiere ahora del cuidado de la familia. Esto es terrible para ella, que siempre fue cabeza de familia, creo yo que más que la enfermedad que sufre. A las mujeres nos formatean desdr el nacimiento para ser cuidadores y no sabemos ser cuidadas. Nuestro entorno tiene el mismo formateo. Excelente nota sobre esos temas que no se hablan. Gracias ♥

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  4. Magdalena: Nadie dijo que fuera sencillo :) La frase sobre los derechos pertenece a una gran mujer. Abrazos.
    Paula: Es un punto de vista, aunque creemos que especificar las opresiones de ninguna manera es dividir ni dejar de lado las problemáticas de género. Lamentablemente, aún no todas luchamos por lo mismo, y sobre eso hablábamos. Muchas gracias por tu comentario.
    Sandra: De acuerdo contigo. Nos formatean desde el nacimiento, de allí que sea tan difícil hasta pensar otros modos de lo femenino.

    A cada una, gracias y abrazos, nos agrada el debate ;)

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  5. Lara4:36

    Yo tengo una disapacidad. No estoy casada y no tengo hijps. Mis padres murieron y mis hermaanas me ignoran. En unos años sere mayor, pobre, menos que humana. Duele el desamparo pero más la incomprensión.

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    Respuestas
    1. Hola, Lara. Por supuesto que la incomprensión duele, y a veces es la que genera el desamparo. Es muy difícil para las mujeres evitar definirnos en términos no vinculares: madres, esposas, hijas, hermanas... Somos quienes somos, como somos, y pensamos que lo que cada una es o puede ser no se reduce a los vínculos familiares patriarcales. Pero como ciertamente vivimos en sociedades patriarcales, como mujeres debemos ser ayudadas por nuestras familias biológicas/matrimoniales, pues así es la "normalidad" patriarcal que no se discute en profundidad y amplitud. ¿Por qué el apoyo y la colaboración debe darse en y para la familia? ¿Quizá porque la familia tradicional es ese gigante con pies de barro que, si cae, arrastra intereses menos "afectivos"? Cuidarnos, protegernos es parte de ser sociales, incluso en el mundo insolidario que nos ha tocado vivir.
      Espero que nos expresemos en cada momento y cada espacio que podamos, no será sencillo acabar con la incomprensión pero debemos hacer ruido para que las presunciones de comprensión, tan bien pensantes, no hablen por nosotras.
      Un fuerte abrazo y gracias por esccribirnos, nos contactas cuando gustes.

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