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08 octubre 2012

La vida sexual en la enfermedad de Parkinson

Las alteraciones motoras, la depresión, la ansiedad son síntomas de la enfermedad de Parkinson que pueden cambiar la vida sexual de la persona.
Un estudio reciente ha fijado su atención en la manera en que la enfermedad de Parkinson y otros factores asociados a ella como la edad, los años de evolución, la severidad de los síntomas, la depresión o la ansiedad podrían afectar a la calidad de la vida sexual de estos pacientes. Los resultados han mostrado un declive general en el funcionamiento sexual de los afectados.

Vida sexual y Parkinson

Dos investigadores de la República Checa, Petra Kotkova, doctora en el Centro de Rehabilitación Psiquiátrica, y Petr Weiss doctor de la Universidad Charles de Praga, examinaron a 103 personas en estadios tempranos y medios de la enfermedad.
Todos los participantes del estudio habían tenido pareja sentimental. Un 99 por ciento de ellos eran heterosexuales, un 2 por ciento solteros, un 60 por ciento casados, un 24 por ciento divorciados y poco menos del 14 por ciento, viudos. De los participantes, el 4.9 por ciento se encontraba laboralmente activo, el 87.4 por ciento eran jubilados y el 7.8 por ciento se encontraba cobrando una pensión por incapacidad. Todos los participantes en el momento del estudio se encontraban tomando L-Dopa, siendo el 52 por ciento hombres y el 48 por ciento mujeres.
Durante las pruebas, se administraron a los participantes dos cuestionarios en los que se examinaba su estado psicológico y sexual. Estos cuestionarios eran anónimos y diferían para hombres y mujeres. Mientras que a los hombres se les preguntó por su función eréctil, a las mujeres se les proporcionó una versión del inventario en la que se les preguntaba por su función sexual.
Los investigadores encontraron que el total de las puntuaciones de hombres y mujeres con EP indicaba problemas en la vida sexual. Estos problemas estaban muy influenciados tanto por los síntomas como por las consecuencias de la enfermedad.
De entre las disfunciones sexuales y según este estudio, los hombres experimentaban sobre todo problemas de erección y de eyaculación, mientras que las mujeres indicaron problemas de lubricación y de consecución del orgasmo.
Además las mujeres indicaron un mayor número de problemas y menor satisfacción con su vida sexual que los hombres. Esto contrasta con los resultados en las mismas pruebas de la población general de la misma edad de la República Checa, en la que los hombres normalmente informan en mayor medida de una menor satisfacción.
Para los hombres, los síntomas motores eran la fuente fundamental de insatisfacción, mientras que para las mujeres, la depresión y la ansiedad eran los problemas principales. La medicación, sin embargo, jugó un papel variable en el grado de satisfacción de los pacientes. Mientras que algunos experimentaban hipersexualidad, otros experimentaban una reducción en la libido.
Otro factor importante en este estudio fue la influencia de la edad sobre la sexualidad, algo que fue tenido en cuenta comparando las puntuaciones de los pacientes con Parkinson con los de la población general. Aunque las personas jubiladas normalmente tienen una vida sexual activa y satisfactoria, con la edad pueden aparecer problemas de libido y disfunción sexual.
En referencia a la población más mayor, la sexualidad suele verse como un tabú y no se habla de ella. Superar este tabú es importante ya que las personas cada vez viven más tiempo y la incidencia de la enfermedad de Parkinson es mayor.
Más información: daily Rx (en inglés)

Fuente: FEP

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