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24 diciembre 2012

Por Nochebuenas para todos

No queremos dejar de saludar en esta Nochebuena a tantxs amigxs de todo el mundo, agradecerles su compañía y su afecto. Tengan cada unx una hermosa noche, disfrutemos de estar con quienes amamos o de aquello que elegimos hacer esta noche.
Ha sido un año muy difícil para muchas personas, especialmente, las más vulnerables. No interesa si eres una persona de fe, si no lo eres: la crisis golpea por igual. Y esta Nochebuena seguirá golpeando.
Las madres con niños que vemos en las calles no son María y el niño Jesús (en cierto modo, también lo son) pero allí están, en las calles, no en establos sino en calles donde todos los vemos, los peligros acechan, pocos tienden su mano solidaria, unos pocos destruyen las vidas de muchísimos.
Queremos compartir con vosotros un cuento que, creemos, nos ayuda a reflexionar sobre aquella Nochebuena y ésta, que en mucho pueden asemejarse. 
Deseamos que tengáis una bella Nochebuena y que nadie deba pasar ninguna noche desamparado, nunca más.


Aunque me hubiera quedado una habitación libre, desde luego no se la hubiera dado a esa pareja. Gente sospechosa. Han dicho que eran marido y mujer, pero yo no me chupo el dedo y a mí no me la pegan.

Él es demasiado viejo y ella demasiado joven. Y como está encinta... Tal vez es el padre que la ha sacado de su pueblo para evitar el escándalo. Pero la mía es una posada honrada, y aquí no quiero partos clandestinos.

Por otra parte, no me parece que la trate como a una hija. Este vejete la mira como si fuera una cosa santa y casi con reverencia. Acaso es un criado de confianza que ha cargado con este bonito trabajo... De todas maneras, su marido no es. Y ella con ese aire inocente y casto como si no se avergonzase de nada... Y debe de estar en los últimos días. Ya te digo yo que las apariencias... ¡Fíate de las mujeres! Parece una virgen y está a punto de ser madre. ¡Hay que ver! Y luego, como si no bastara, huelen a miseria desde una legua. Y en mi casa no quiero pobres. Serían capaces de plantarse aquí durante un mes, con la excusa de la parturienta, y al final de todo oírles decir que no tienen bastante dinero para pagar la cuenta.

Si hubieran llegado con bonitos vestidos y con la bolsa llena acaso hubiera podido encontrar un rinconcito para ellos. El mozo podía haber ido a dormir a casa de sus hermanos durante algunas noches... Cuando el oro está de por medio todo se arregla. Pero con esos no hay nada que hacer. Ella lleva un vestido cualquiera que yo me avergonzaría de dar a mi mujer, y él un manto liso que debe de tener más años que quien lo lleva. Además, habría el peligro de que los gritos de ella y los lloros del niño molestaran a los otros viajeros. ¡Buena cosa encontrarse la posada vacía por culpa de dos vagabundos misteriosos! Aseguran que son galileos, pero el refrán dice que de Galilea nunca puede venir algo bueno.

¡He hecho bien en sacármelos de encima!

Un agujero en cualquier sitio lo encontrarán seguro antes que sea de noche.
Giovanni Papini, "El posadero", en Soliloquios de Belén

1 Comentario:

  1. Edith17:30

    Cuanta verdad.....! Os agradezco de corazon. Feliz Navidad y basta ya de niños desamparados.

    Edith

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