Se conmemora hoy otro Día internacional de las personas con discapacidad, y la semana pasada, el 25 de noviembre, el Día internacional contra la violencia de género. Como en años anteriores, además de sumarnos a toda iniciativa que promueva la integración plena de todos los colectivos sociales, también queremos convocarnos y convocaros a pensar y actuar por nosotrxs y vosotrxs, en el día a día. Ambas conmemoraciones están muy próximas, en fechas y realidades.
Publicábamos los años anteriores diversos informes sobre la situación de las personas con discapacidad, así como de las mujeres violentadas, especialmente, las de las mujeres con discapacidad víctimas de violencia de género. En cada uno y en muchísimos más, puede leerse que las mujeres con discapacidad son uno de los grupos sociales más vulnerables, sufriendo lo que se conoce como doble discriminación: por su condición de persona con discapacidad y su condición de mujer o niña. Si la situación de las personas con discapacidad es, en general, alarmante, la de las mujeres con discapacidad, a menudo silenciada, invisibilizada o ya consagrada institucionalmente es urgente, y lo es desde hace mucho tiempo.
¿Qué cambió desde el año pasado a hoy? Nada, terriblemente. La ONU nos informa que el tema de esta año es "El desarrollo sostenible: la promesa de la tecnología", ya que "A lo largo de la historia humana, la tecnología ha dado forma a la manera de vivir de las personas. Las tecnologías de la información y de la comunicación, en particular, han impactado mucho la vida cotidiana de las personas. Sin embargo, no todas las personas tienen acceso a la tecnología y los estándares de vida más elevados que permite.
Se estima que mil millones de personas en todo el mundo viven con una discapacidad, y el 80% de ellos viven en países en desarrollo, el acceso a la tecnología es fundamental para ayudar a hacer realidad la participación plena e igualitaria de las personas con discapacidad. Con el tema "Desarrollo Sostenible: La promesa de la tecnología", el Día Internacional de este año examinará esta cuestión en el contexto de la agenda para el desarrollo después de 2015."
No negaremos que la tecnología podría ayudar a las personas con discapacidad, pero a nosotrxs nos sabe a muy poco. La tecnología nunca ha sido ajena al contexto social, de hecho, las sociedades pueden comprenderse según sus tecnologías y los usos que les dan. Si las personas con discapacidad no tienen acceso a las tecnologías contemporáneas, ¿debemos esperar "promesas" de la tecnología o nuevamente revisar la hondura de la discriminación y la desigualdad en nuestras sociedadades? Y, en el mejor de los caso, estas promesas colaborarían con las personas que viven en países en desarrollo (vaya a saberse cuántas personas con discapacidad viven en países sin desarrollo, o en sectores desfavorecidos de países en desarrollo), y en agenda, a partir del 2015. Se nos disculpará pero este enfoque nos parecen las fanfarrias de estas últimas semanas sobre la "cuchara de Google" para personas con Parkinson que sufren temblores: ruidoso, para pocos, secundario, mediático.
Las personas con discapacidad, especialmente, las mujeres, tenemos severos problemas de acceso al trabajo, a la vivienda, a la salud, al transporte; encontramos cada día toda clase de obstáculos para desplazarnos en ambienes públicos, para realizar nuestras actividades cotidianas, para ser verdaderamente parte de la sociedad, con plenos derechos, como todxs. A muchxs nos urgen los problemas económicos, las pensiones por discapacidad son inexistentes o irrisorias, en demasiados países no podemos siquiera comprar los medicamentos que necesitamos, cuando existe algún tratamiento para morigerar los efectos de aquello que nos discapacita. Sumad a esto la violencia de género, incrementada cuando la mujer o niña tiene una discapacidad, y comprendereis por qué hablamos de situación de urgencia.
Lejos de debatir más el enfoque de la ONU, que, con franqueza, en esta y otras materias está en la retaguardia de las acciones proactivas, no queremos dejar de mencionar el enfoque de esta organización a modo de indicador de lo que posiblemente se viene en los media y las instituciones prolijas, tan alejado de nuestras necesidades inmediatas, mediatas y, esperamos, no de largo plazo. El eje de la integración, la no discriminación y el real apoyo a las personas con discapacidad sigue siendo el que era: el respeto y la plena vigencia de nuestros derechos humanos. Que la tecnología prometa, bienvenida, pero que los estados y las instituciones supranacionales garanticen el cumplimiento de nuestros derechos.
Las sociedades tienen su parte importante, cada unx de nosotrxs la tiene. ¿Qué hacemos cuando en nuestros barrios, trabajos, familias percibimos maltrato, más o menos activo, violencia, exclusión, discriminación de discapacitadxs y de mujeres con discapacidad? ¿Hacemos, miramos hacia otra parte? Tú lo sabes, tú puedes actuar, y te pedimos que lo hagas, siquiera porque mañana podría sucederte a ti.
Sería fantástico que el año próximo nos reunièramos para hablar de los avances en favor de las personas con discapacidad y de las mujeres con discapacidad, como lo deseamos cada año. Mientras, instaremos a los estados, a sus instituciones y a las instituciones supranacionales a cumplir sus compromisos, y a vosotrxs os pedimos colaboración y respeto.
Como en otras ocasiones, os invitamos a leer más sobre la grave situación de la violencia doméstica (la discriminación también es violencia) hacia las personas con discapacidad, con enfoque en las mujeres, confiando en que actuareis más velozmente que las grandes instituciones.
El documento también puede descargarse pinchando AQUÍ.
Fuentes: ONU, Foro de vida independiente y divertad
QUÉ BUENA NOTA
ResponderEliminar¿Para quién trabaja la ONU?. No estará siendo hora, en España y en el mundo, de que los pueblos comencemos a darnos otras instituciones supranacionales, porque, seamos honestos, muchas de las que hay (por no decir todas) ya no nos representan.
FELICITACIONES POR LA NOTA Y POR EL BLOG. FANTÁSTICO. UN SOPLO DE AIRE FRESCO.
Marcela Chávez
Hola, Marcela. Ojalá que los pueblos tengamos el poder para darnos las instituciones que nos representen, se alzan muchas voces pero la batalla, sabes, no es nada sencilla. Al menos, la ONU y otras instituciones podrían cumplir y velar por el cumplimiento de los pactos y compromisos que acuerdan, lo cual no sucede, y, mientras, millones de personas con discapacidad quedan sin derechos: si un derecho no puede ejercerse, es letra muerta. Sumamos nuestra acción por un cambio profundo.
EliminarMuchas gracias por tu amable comentario :) Saludos cordiales.